viernes, 8 de octubre de 2010

[extracto de algo mayor]

Si extendemos una cuerda y ponemos en un extremo “mujer” y en el otro “hombre” yo me situaría haciendo equilibrios más o menos en el medio. En ese momento mi identidad sexual es “transgénero” aunque por motivos diferentes no me haya operado y las hormonas hayan dejado de ser una opción. Si yo camino hacia el lado “hombre” y me sitúo allí, seré “transexual masculino” e inmediatamente me habré ganado la medallita de “tío” y la palmada en el hombro del sr. Sociedad recordándome cuál debe ser mi nueva actitud, mi rol adquirido y mis gustos reformados, hasta mi carácter debería cambiar; ya no puedo comportarme como una “nena” ni pegar saltitos al entrar en el agua y debería acentuar más de lo normal mi actitud agresiva y partirle la cara de vez en cuando a alguien (preferiblemente a otro tío a las chicas ya no puedo pegarles, he perdido ese privilegio, es violencia de género) porque no debo dejar lugar para las dudas de quién soy ahora y cuál es mi nuevo género normativo.
Pero esa no es mi decisión ni el lugar en el que me siento cómodx.
Ahora vuelvo al medio de la cuerda. Si miro hacia ambos lados y decido inclinarme hacia uno de ellos para estar más cómodx, vuelvo a irme hacia el lado “hombre”. Pero me situaría exactamente en el medio de nuevo, entre mi anterior “puesto medio” y “hombre”. Ni más ni menos a excepción de los movimientos que debo hacer para no perder el equilibrio. Es decir, estoy a un 25% de “hombre” y a un 75% de “mujer” y de ahí no me he movido desde hace mucho tiempo. Eso quiere decir que es mi zona de confort aunque parezca increíble con los tirones que dan los que están en los extremos (los fanáticos de género que son los que más dan por culo). Aquí no necesito modificar mis movimientos de una manera forzada, aquí todo fluye sin acelerones ni frenazos. No tengo que demostrar continuamente aquello que quiera ser ni controlar gestos que no debería tener.
¿Cuál es la etiqueta de mi inclinación sexual? Ahora voy a echar mano de los apuntes. Tanta teoría para poder definirme en sociedad es difícil y aquí se complica mucho la cosa. Voy a poner un ejemplo de uno de los muchos cafelito-explicación que he tenido últimamente. A ver si consigo salir de aquí sin que me diagnostiquen una nueva enfermedad mental.
Me pongo nerviosx cuando veo venir la pregunta:
-¿eres lesbiana?
-No
-¿pero tienes novia, no?
-Sí.
-Entonces eres lesbiana.
-No. Bueno, solo en un 25%.
-O eres lesbiana o no lo eres.
-no es tan simple…
(le explico lo de la cuerdita de los huevos con un boli en una servilleta que es para lo único que sirven las servilletas de los bares y concluyo)
…estoy con una chica, así que soy “heterosexual” en un 75% y “lesbiana” en un 25%...
(y el motivo por el que no me muevo ni un mm de ahí es por no liarla con proporciones tipo 72,5643%)
…pero a veces he estado con transmen o me he liado con algún biotío gay desde mi posición de tío así que eso me convierte en gay en un 80 o 70% depende del caso y el momento. En teoría también podría ser bisexual porque me he tirado a algún biohombre hetero y muchas bio mujeres superfemme extrahetero. Pero no soy bisexual 100% porque me vuelven locx las trans también. Con algunxs personas me sale el lado sádicolesbi y con otrxs soy más sumisxtrans. Y para lo demás que soy, ya no hay nombres porque nadie se pone de acuerdo, menos mal.
-… entonces eres intersexual en no sé qué porcentaje.
-No, tío! Eso es otra cosa. A ver empiezo otra vez.
A estas alturasa mi nuevo excolega se le ha bloqueado el cerebro y ha cambiado el café por un chupito de whisky como un machote hetero que es.
-Entonces si yo follara contigo como biotío que soy… exactamente ¿qué haríamos?.
-Te la metería por el culo y tendrías que chupármela.

Se ha ido. No soy lo que esperaba ni de lejos pero sale pensando en la posibilidad de que le den por el culo a pesar de ser un machote, ¿why not? ya no tiene porqué sentirse gay, hay un montón de nombres en los que esconderse.
Esta sociedad, en la que todos complicamos las cosas intentando hacerla inclusiva o intentando chutarte de ella a cualquier precio, termina volviéndote locx. Sobre todo cuando uno de tus defectos es “estar a la altura”. Nunca eres lo suficientemente “heterosexual” para los heterosexuales, o no eres lo suficientemente “lesbiana” para las lesbianas, o no eres tan “queer” como para aceptarte en una manada, o no eres completamente “transexual” como para llamarte trans, o suficientemente frío en el club de los soyuntipoduro porque a veces lloras, o no eres demasiado capitalista para los pijos ni demasiado precario para los okupas o no tienes suficiente titanio para ser Cyborg, o ……. Y no quiero formar el club de lxs solitarixs porque seguramente no serías suficientemente lobo estepario para que yo te concediera el privilegio de ingresar en él. Así que, que nos den.